Deseos al Viento


 Mi pluma se desliza por el surco de mis dedos al saberte,

como el eco de un susurro que al viento regresa,

dibujando en el aire cada línea de tu nombre,

y en cada trazo, mi alma por ti tiembla y reza.


Tus ojos, el faro que en la noche me guía,

y al pensarte, mi pecho es un río desbordado,

fluyendo en las corrientes de un amor callado,

donde cada latido es pura poesía.


Eres la luz que se filtra en mi día gris,

la nota perdida que da sentido al canto,

y en cada palabra que escribo, te hallo,

como un destino que, sin buscar, descubrí.


Saberte mi hombre es mi dicha y mi calma,

el refugio en el que mi corazón descansa,

eres la fuerza que sostiene mi alma,

y en ti encuentro siempre la esperanza.


Porque al saberte, amor, todo en mí florece,

mi pluma se desliza y tú eres el verso,

en esta historia infinita, sin principio ni fin,

donde siempre serás mi universo.


Mi pluma se desliza por el surco de mis dedos al saberte,

como el eco de un susurro que al viento regresa,

dibujando en el aire cada línea de tu nombre,

y en cada trazo, mi alma por ti tiembla y reza.


Tus ojos, el faro que en la noche me guía,

y al pensarte, mi pecho es un río desbordado,

fluyendo en las corrientes de un amor callado,

donde cada latido es pura poesía.


Eres la luz que se filtra en mi día gris,

la nota perdida que da sentido al canto,

y en cada palabra que escribo, te hallo,

como un destino que, sin buscar, descubrí.


Saberte mi hombre es mi dicha y mi calma,

el refugio en el que mi corazón descansa,

eres la fuerza que sostiene mi alma,

y en ti encuentro siempre la esperanza.


Porque al saberte, amor, todo en mí florece,

mi pluma se desliza y tú eres el verso,

en esta historia infinita, sin principio ni fin,

donde siempre serás mi universo.


Mi pluma se desliza por el surco de mis dedos al saberte,

como el eco de un susurro que al viento regresa,

dibujando en el aire cada línea de tu nombre,

y en cada trazo, mi alma por ti tiembla y reza.


Tus ojos, el faro que en la noche me guía,

y al pensarte, mi pecho es un río desbordado,

fluyendo en las corrientes de un amor callado,

donde cada latido es pura poesía.


Eres la luz que se filtra en mi día gris,

la nota perdida que da sentido al canto,

y en cada palabra que escribo, te hallo,

como un destino que, sin buscar, descubrí.


Saberte mi hombre es mi dicha y mi calma,

el refugio en el que mi corazón descansa,

eres la fuerza que sostiene mi alma,

y en ti encuentro siempre la esperanza.


Porque al saberte, amor, todo en mí florece,

mi pluma se desliza y tú eres el verso,

en esta historia infinita, sin principio ni fin,

donde siempre serás mi universo.


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